martes, 7 de abril de 2009

Carta abierta al pastor luterano Juan Wehrli

Pastor Juan Wehrli
El suscrito, Raúl Romero Espinoza, no ha tenido el gusto y honor de conocerlo personalmente, aunque si se de sus valiosos aportes a la recopilación de la historia de las iglesias evangélicas chilenas, desde vuestra particular perspectiva de ministro de culto luterano.
Entiendo que, como cualquier otro investigador, la calidad y autoridad de su trabajo historiográfico depende fundamentalmente de un cuidadoso acopio y selección de las fuentes en que éste se basa, lo que necesariamente implicará desechar aquellas que parezcan imprecisas o poco confiables.
Es por eso que llama profunda y poderosamente la atención que Ud. (como lo afirman dos testigos presenciales y con quienes me entrevisté telefónicamente esta mañana), haya efectuado una afirmación, en una reunión pública de pastores, celebrada recientemente en la ciudad de Osorno, que afecta grave e infundadamente mi honor y reputación como abogado cristiano. En efecto, como lo confirman dos asistentes, Ud. habría aseverado que quién firma esta nota (su hermano en Cristo) es abogado de la tristemente célebre banda de narcotraficantes “Los Guatones”, desarticulada recientemente en la comuna de Hualpén (Octava Región).
Tales expresiones las hizo en el contexto de una fuerte crítica al trabajo desarrollado por una comisión de pastores y hermanos, formada en la ciudad de Concepción (y de la que entusiastamente soy parte), que procura impedir la aprobación del Proyecto de Ley que establece medidas contra la discriminación (Boletín Nº 3815-07).
Dada la gravedad de su imputación y mi lógico interés de que ella no siga propagándose (como usualmente ocurre con los chismes, a la luz de lo que enseña el apóstol Santiago), unido a mi condición de miembro activo de una iglesia local (ACYM de Concepción) y asesor jurídico de varias e importantes denominaciones evangélicas del país (sin contar mi condición de Delegado en Chile de la Red Latinoamericana de Abogados Cristianos RLAAC); cumplo con precisar lo siguiente:a) Este profesional nunca ha asumido ni pretende asumir la defensa jurídica de narcotraficantes (a quienes, sin embargo, reconozco el derecho legal y moral de asistencia letrada);
b) Como sus dichos fueron proferidos en una reunión pública, es vuestro deber retractarse o aclarar públicamente las aseveraciones que cuestiono, a fin de no aumentar innecesariamente el agravio;
c) En este caso, como la mayoría de las situaciones de la vida diaria, es útil (para no errar) recurrir a los sencillos y sabios consejos del texto bíblico, que –entre otros- previenen a los hermanos a solucionar sus conflictos personalmente y en forma privada (Mateo 18:15); y
d) Es inaceptable que, en el marco de una legítima discrepancia sobre el proyecto de ley mencionado precedentemente -y respecto del cual se nos ha acusado de tener una posición “fundamentalista” (nosotros diremos bíblica)-, se descalifique gratuitamente a quien tiene una posición distinta y con quien ni siquiera se ha conversado.
Por todo lo expuesto, lo invito y exhorto fraternalmente a que rectifique o aclare satisfactoriamente sus dichos, dentro de tercero día, haciéndose responsable de las consecuencias éticas, ministeriales y legales que sus expresiones pudieren causar.
Con todo, en este enojoso incidente, con esperanza hago mía y para la Comisión de la que formo parte, la promesa del Maestro: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo …”.Sinceramente,
Raúl Romero Espinoza
AbogadoConcepción- Chile

1 comentario:

ROD dijo...

JAJAJAJA

QUE BOCHORNOSO


QUE TRISTE ESPECTÁCULO DIGNO DE ESTE CIRCO CRIOLLO.

ME AVERGÜENZA LA ESTUPIDEZ

ATTE.

RODRIGO VARGAS