miércoles, 4 de junio de 2008

Mensaje enviado por un siervo de Dios

TEXTO: Daniel 9:1-3
TEMA: LA IMPORTANCIA DEL DIA GLOBAL EN EL PLAN DE DIOS
PROP. GENERAL: Consagración
INT. SERMONARIA: ¿En qué radica la importancia del Día Global?
ORA. TRANSITORIA: El texto bíblico y varios hechos refrendan su importancia

INTRODUCCION
Uno puede leer de historia por varias razones. Personalmente creo que tres razones son las más importantes: (1) Para no cometer los errores que otros cometieron. Se dice que el que no sabe de historia comete los mismos errores que la historia registra. (2) La segunda razón es para saber de donde procedemos; conocer el desarrollo de nuestros antepasados y saber cómo hemos llegado aquí hoy; (3) y la tercera para ver de qué manera Dios controla y guía el curso de los acontecimientos humanos. Esta tercera razón fue la que llevó a Daniel a examinar con acucioso interés los libros de la historia y profecía bíblica. Hoy nos preguntamos, al celebrar el Día Global de Oración: ¿En qué radica su importancia? El texto bíblico y varios otros hechos producidos en el último tiempo refrendan su importancia
DIVISIONES:
DANIEL DESCUBRIÓ EN LA HISTORIA PROFETICA LO QUE DIOS HABIA DISPUESTO PARA SU TIEMPO.
No le importaba lo que decían los diarios locales, le importaba lo que se decía y se gestaba en el trono de aquel que gobierna la historia humana. El diario local indicaba que Dario, el rey medo era el soberano de turno; que era su primer año de reinado y que tenía las condiciones para gobernar a su antojo las naciones bajo su imperio. Pero la profecía bíblica indicaba otra cosa. Manifestaba que Dios gobierna los tiempos de los hombres y que se aprestaba a realizar grandes cambios según sus designios santos y soberanos. El diario local tenía las noticias de siempre, el diario de Dios, su palabra profética, anunciaba un tiempo de cambios.
Algo parecido sintió Willis C. Hoover cuando en 1902, siete años antes del gran avivamiento de Valparaíso, fue movido junto a la iglesia a buscar la santidad como forma de prepararse para lo que ocurriría en 1909. Su espíritu le indicaba que algo sucedería de parte de Dios en la iglesia de principios del siglo XX, y no estaba equivocado. Dios estaba a punto de derramar el fuego de su Espíritu en el mundo y cambiar los cánones de la sociedad existente. La misma sensación de cambio traspasaba el orbe. En lugares tan distantes como Inglaterra, Australia, Suecia, Corea, Estados Unidos y La India, los pastores, los estudiantes de institutos bíblicos y los líderes de las iglesias en general eran impelidos por el Espíritu a orar.
Esa primera década del siglo estuvo marcada por el derramamiento del Espíritu Santo y sus efectos, han alcanzado hasta nuestros días. En Estados Unidos, país que a comienzos de 1900 era predominantemente protestante, con un 42.2% de creyentes evangélicos tradicionalistas, los miembros de iglesias carismáticas solo representaban una cifra menor al uno por ciento. Pero desde el avivamiento hasta nuestros días la cifra ha subido a un 26,3%, porcentaje que representa casi ochenta millones de creyentes. Desde entonces cada día un promedio de 174.000 personas se entregan a Jesucristo reconociéndole como Señor y Salvador. Cada semana se levantan 3.500 nuevas iglesias locales en el mundo. La película Jesús ha sido visto por 700 millones de personas y ha sido traducida o subtitulada a más del 90% de los idiomas de la tierra. En cuanto a la traducción de las Escrituras alrededor del 96% de la población del mundo tiene la Biblia adecuada a su lengua. Todo esto hace que la fe cristiana tenga un crecimiento mayor que el 1,72% de la población del mundo por año. Mientras que Budistas crecen 1.7%, Cristianos Nominales 2.2%, Hindúes 2.3%, Musulmanes 2.7% y los no religiosos un 2.8%, los cristianos que creen en la Biblia aumentan anualmente 6.9%.

En julio del año 2000 las iglesias de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, recibieron un claro llamado de Dios de orar por el mundo. Ese llamado se convirtió en olas de oración que se extendieron por todas las ciudades del país africano. El mover del Espíritu y el ferviente llamado de los creyentes africanos, se extendió con prontitud a las naciones circundantes, dando como fruto para el año 2004 la unión en intercesión de las 54 naciones de Africa. Pero el mover de Dios no podía parar allí y el año 2005 el llamado al arrepentimiento y a la oración se extendió al mundo entero. Ese año, por vez primera la tierra supo de una reunión de oración en la que 200 millones de creyentes estuvieron rogando al mismo tiempo: ¡Dios cambia nuestra tierra! ¡Dios visítanos! ¡Señor perdónanos! ¡Trae tu lluvia tardía sobre la humanidad!
¡Algo está sucediendo! El año 2007 cristianos de 204 naciones del orbe estuvieron orando el día de Pentecostés, el 27 de mayo, en la reunión de oración más grande jamás realizada. En estadios, templos, casas, plazas, colegios, salones o al aire libre los creyentes evangélicos, sin distinción de denominaciones, realizaron las más conmovedoras oraciones. Algo se está gestando en el cielo y el pueblo de Dios se quebranta y se humilla en oración.

DANIEL SE PREPARÓ PARA VIVIR ESE TIEMPO DE DIOS
Nadie que entienda los tiempos de Dios puede quedar indiferente a su llamado. Daniel nos ofrece las actitudes que acompañan al creyente que quiere vivir los tiempos nuevos de Dios. El “volvió su rostro a Dios” y le “buscó” en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Este versículo nos da a lo menos tres condiciones que Dios quiere que vivamos.
· La primera condición es volvernos, de cualquier cosa que estemos haciendo, para arrepentirnos real y profundamente de nuestros pecados. Cuando Daniel oró por su pueblo, no lo hizo como un santo sino como un pecador. No se puso en el papel de intocable sino como un responsable más de la condición en la que su pueblo se encontraba. Si somos de verdad sinceros como iglesia, podremos ver que nuestros pecados han contribuido a la condición enfermiza de nuestra sociedad actual. ¡Señor perdónanos! Cuando los escándalos y malos testimonios de líderes y creyentes, han provocado rechazo y desilusión entre la gente y muchos que quieren creer se ven frenados porque no siempre hemos estado a la altura moral que predicamos. ¡Somos responsables y erramos al blanco cuando en vez de apoyarnos y unirnos nos separamos y dividimos en luchas fratricidas que rompen el cuerpo de Cristo y manchan el mensaje del Evangelio! ¡Somos responsables y pecamos cuando nuestros ritos son más importantes que el alma de un pecador! ¡Cuando dejamos de predicar a Cristo somos culpables de permitir que aumenten las tinieblas más que la luz! Pero “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Cron.7:14) Y así como tenemos que proceder a nuestro propio arrepentimiento también tenemos que hacer un llamado a todos los amigos, vecinos y autoridades que nos escuchan a arrepentirse ante Dios por sus propias faltas. Si queremos que Coquimbo cambie arrepintámonos de nuestros pecados. Si deseamos que Chile cambie ¡arrepintámonos! Nuestro país no necesita más dólares, ni más inversionistas, ni más fuentes de trabajo, ni más lluvias, ni más recursos energéticos y nuevos gobiernos para salir adelante, necesita una ola de arrepentimiento de las cosas mal hechas.
· La segunda condición es búsqueda prioritaria, permanente e integral de Dios. ¿Cuántos hoy presentaron excusas a este llamado de Dios porque había, según ellos, cosas más importantes que hacer? Necesitamos buscar a Dios como cosa prioritaria de nuestras vidas. Hemos de hacerlo de modo persistente y de manera que involucre todas las áreas de nuestra existencia. El tiene las respuestas que buscamos afanosamente pero desorientados. Esta mañana quiero decir a las autoridades presentes que tantas veces sienten la soledad y la decepción en su lucha de sacar adelante la comuna: busquen a Dios. Debo decirles, como pastor, que no estamos aquí para palmotearles las espaldas, hacerles reverencias y aplaudirles por protocolo. Nosotros sabemos que son de carne y hueso como cualquier mortal. Que en más de una oportunidad han buscado consejo donde no debieran y han confiado sus vidas a aduladores y mentirosos. Déjeme decirle que estamos comprometidos con ustedes para orar y llevarles un abrazo sincero. Que no somos de derecha, ni de izquierda, ni menos del centro, pero si nos piden un consejo les diremos “Así dice el Señor”. Iglesia, busquemos a Dios. Hagamos hoy un compromiso de aumentar nuestro deseo por El: “Mi alma tiene sed, sed del Dios vivo”
· La tercera y última condición es tener acciones concretas y efectivas que estén en sintonía con el plan de Dios. ¿Quién fue el que invitó a este día de intercesión por el mundo? No fue este pequeño grupo de pastores llamados “Consejo de pastores evangélicos de Coquimbo”, aunque así pusimos en nuestros afiches. Detrás de todo está el plan de Dios para crear las condiciones suficientes para la última gran cosecha de almas.


CONCLUSION
En este día memorable estamos no solo escribiendo la historia, sino también sentando las bases para lo que ha de suceder en el futuro. En este día de Pentecostés, los hijos de Dios de las 220 naciones de la tierra estamos orando porque se abran los cielos y se derrame la bendición. Yo me he preparado para este día y estoy en pie como tú ante el Señor de todos los señores.
Este es un día en que hemos de orar con todo el corazón por nuestras familias e iglesias. Es un día de rogar con el alma por nuestros barrios, villas y poblaciones. Usted y yo somos la voz profética que puede proferir el señorío de Cristo sobre nuestra comuna. A esto hemos sido convocados y esto haremos. Amén

Pr. Alberto Alvarado S.

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